«90 minuti en el Bernabéu son molto longo», expresaba Juanito a uno de los futbolistas del Inter de Milán después de que el Real Madrid cayera, en una eliminatoria europea en 1986, por 2-0 en Italia. Una ya famosa frase que ha tenido su réplica sobre tierras maragatas en la vuelta de la primera ronda de los playoffs de ascenso a Segunda Federación. Porque después de caer por 1-0 en Las Salinas el finde pasado, quién si no, Javi Amor, debió pronunciar un «45 minuti en La Eragudina son molto longo».

Tan solo media parte hizo falta para que los diablos verdes despertaran de un letargo que pudo acabar en coma. Y es que, como en toda buena historia, el malo de la película no fue otro que los primeros 45 minutos de partido. Un penalti errado, una lesión desafortunada y una expulsión en contra pusieron la eliminatoria en la cuerda floja. Pero, en la tierra en la que el cocido se come al revés, los guerreros de Lago demostraron que los partidos empiezan por el final.

Javi Amor demostró aquello de que a un león herido no hay que acorralarlo, pues te mostrará las zarpas y peleará hasta la muerte. Primero un tanto suyo igualó la contienda. Tras ello, y un nuevo gol del Tordesillas, se la puso en bandeja a Albertín para que volviera a dar las tablas a la eliminatoria. Y, por último, provocó la falta que finalizaría en el definitivo 3-1 de David Álvarez. Un sueño que cada vez va adquiriendo un favorable tono verde.

La Eragudina se vestía con el traje de gala para acoger un nuevo playoff de ascenso. Un auténtico infierno verde esperaba a esos llegados desde tierras castellanas con la intención de hacer ver lo que hace milenios fue la mayor resistencia ante todo un imperio. Astures en un origen. Romanos en el otro. Todos ellos comandados por ese que luce el ’10’ en la espalda.

Diezmado por una zaga que no lo dejaba respirar, la eliminatoria le dio la oportunidad a Javi Amor de hacer el primero desde los once metros tras un derribo de Álvaro de Pablo sobre uno de los atacantes maragatos. El público cantó gol… antes de tiempo. El delantero berciano sucumbió ante los intentos de distracción de la plantilla rojiblanca y mandó el penalti al Jerga.

Por si fuera poco, Iker Rodríguez debía ser sustituido por un choque ante Canito. Pablo Quintana daba esos pulmones necesarios en su lugar. El penalti errado no hizo otras cosa que avivar las llamas en el conjunto local, volcado totalmente a buscar el tanto de la igualada. Este no solo no llegaría, sino que vería como una segunda amarilla a Adri Rodríguez abría la puerta a una segunda parte en inferioridad.

También en inferioridad estuvieron los astures cuando llegaron los romanos, y el pueblo del Teleno nunca conoció la derrota fácil. Tras el descanso, Javi Amor debió pensar algo así como «esto no va a quedar así», y vaya que no quedó así. En la primera acción de la segunda parte, recuperó el delantero ponferradino un cuero en la frontal y, con la potencia de dos centurias, mandó el latigazo rumbo a las mallas castellanas.

Rugía La Eragudina; tal vez antes de tiempo. Ni cinco minutos tardó Abraham en internarse en el área maragata y servir el cuero en bandeja de plata para el golpeo sin escrúpulos de Miguel Hernández. Jarro de agua fría, el enésimo, para un Atlético Astorga que nunca arrojó el gladius a la arena.

El encuentro transcurría. El reloj de arena iba llegando a su fin. Con un Atlético Tordesillas bien plantado, solo el coraje y el nunca dar un balón por perdido de Javi Amor pudieron hacer que el berciano recogiera un balón que parecía rojiblanco, plantarse dentro del área, levantar la cabeza, y regalar el tanto a un Albertín omnipresente. Con el 2-1, los maragatos demostraron que la Lagoneta solo había sufrido un pinchazo.

El encuentro se aventuraba a la prórroga, pero quedaba la puntilla. Un pase en profundidad de los verdes dejó a Javi Amor solo delante del meta. Jorge Villa no se lo pensó y arrolló al delantero al borde del área. David Álvarez fue raudo a pedirse ese balón, ya había ajustado el objetivo a las mallas castellanas. Zapatazo al primer palo y el 3-1 desataba la locura maragata en el descuento.

Con un Tordesillas ya a la desesperada, todos los centros al área maragata eran repelidos por un colosal Jony Lopes en la zaga. No hubo tiempo para más, y el pitido final añadió una nueva página a la historia del conjunto maragato. La primera piedra en el camino está sorteada. Cuatro semanas para que Astorga celebre por todo lo alto su sueño teñido de verde.

Fotografías: Isaac Llamazares